Hoy me preguntaba sobre que tanto nos hemos acostumbrado a
las relaciones pasajeras, acaso ¿hemos perdido la costumbre del romance y la conquista?
Nos hace falta algo así como, un romance de novela. Las
relaciones hoy en día ya son tan rápidas, tan texteadas, y posteadas que hemos
olvidado algo tan exquisito como una larga platica tomando una copa,
llenándonos de besos y caricias antes de llegar a la cama.
Por qué últimamente creo que el amor se ha devaluado tanto que han hecho creer a las mujeres que el romance paso de moda, que las caricias quedaron atrás, que los besos ya no son necesarios, que ya no hay tiempo para las sorpresas románticas, y que ya todo se reduce a la apariencia y disponibilidad de unas bellas piernas abiertas.
No sé cuál fue el momento preciso en el que los hombres perdieron el rumbo del tan devaluado amor, sé que estos son tiempos de vivir a prisa, solo de saltar de un motel a otro, y claro el hecho de desear solo placer no es una justificación para no sorprender a la mujer que tienes a tu lado, los pequeños detalles son una enorme demostración de que el amor existe, pero esos detalles se han ido perdiendo con el tiempo creo que los amores de “novela” ya solo quedan en la pantalla de 50mil pulgadas.
¡Sé que aún existen mujeres que creen en el amor, que creen en el hombre perfecto que complementara sus vidas, que aún creen que las historias de novela también se pueden vivir en la vida real, que creen que las relaciones se basan en amor, respeto y sexo siempre el bueeeen sexo!
Y a todas esas mujeres dedico hoy mis letras, a esas que aun sueñan con el amor perfecto pero por favor, no permitan que lo acelerado de la vida les quite esa creencia, el amor EXISTE aún no se decirles en donde encontrarlo pero de algo si estoy segura que hay un ser que llegara a complementar la vida, que hara te hara sentir que valio la pena tanta espera, que amara tus defectos y admirara tus virtudes y lo mas importante te amara y respetara como en la mejor de tus novelas, no olvides que tu eres la protagonista y tienes el poder de escribirla a tu antojo...
Patricia Montelongo M.